Como cada lunes del mes de la poesía en la estación poética de Pino Suárez, se dieron cita un grupo de poetas, unos iban “solos” y otros llegaban en colectivo, en realidad, eso no era lo importante, sino el compromiso con la palabra.
En primer lugar se presentó un grupo de mujeres poetas (la mayoría provenientes de Cuernavaca). La experiencia de sus letras, tomaron vida en sus voces. A la cabeza: Pilar Rodríguez Aranda, quien con su lírica, humedeció cada rincón del lugar. Cada una de ellas dispuestas a salpicar a cada transeúnte de versos.
La palabra viajó también en metro y, decidió pegársele no sólo en la camisa, sino en la cabeza a los seres que ahí atentos escuchaban. Fue un día de diferentes matices. Desde Iván Viñas: el que decidió escribir sólo-solo de amor (porque así lo dijo él), hasta la versatilidad de Alicia Juárez; sin olvidar a (la mujer que llevaba alas azules), Carmen Saavedra, la mujer del poema expreso y cortado, quien nos debe por cierto un fragmento de cafeína; y, qué decir de Costasinmar, con esa pasión en la palabra, con esa memoria que dejaba boquiabiertos a varios.
Y quien llenó con sus versos nuestros oídos urbanos fue Estephani Granda Lamadrid, una joven y experimentada poeta que con su temática nos cautivó, manteniéndonos atentos. Y por su puesto, no podíamos olvidarnos de José P. Serrato, quien nos mantuvo con los oídos bien puestos en sus imágenes y metáforas. No fue necesario que cerráramos los ojos, ya que con su voz bien plantada nos llevó en un viaje entre sábanas, ataúdes y memoria. Recorrió a los extranjeros de poesía.
La gente como siempre cómplice, miraba, se acercaba, disfrutaba y el aplauso era la culminación de la comunión con la palabra.
Así es como la expresión un día mas se hizo presente. Sigamos devorando poesía de la experiencia, pasión y oficio de los poetas que cada lunes, miércoles y viernes, se hace presente en Pino Suárez… ya vimos que los poetas no muerden, no en realidad, la poesía es gratis y para todos.
Paola Villaloredo.
