Magdala López |
Se agotaron las palabras.
En medio del torbellino de imágenes,
de sangre,
de sueños que alteran
En medio de todas esas noches en las que no puedo dormir,
en medio de la comezón que ataca mis piernas
entre todos esos kilos que la báscula
señala que he subido...
Allí,
a la mitad del tequila bandera, del whiskey con agua mineral
de las funciones y los estrenos
de los marichis y los norteños,
en la pista de baile, en las sábanas rayadas
en las rimas,
en los videos,
Justo en ese momento de caminata nocturna, de ansiedad pueril
en el momento de tomar café, de compartir el desayuno,
de gritar y de reír a carcajadas.
Ahí vi una finca, una choza y una cabaña.
Recordé las veces que con anterioridad habías llegado,
percibí tu olor a vida, a cedro, a frío añejo,
reconocí tus dedos,
tus orejas y sus lóbulos,
Noté el cambio en tu voz
pero identifiqué tus palabras.
Y sí, mi estómago se contrajo,
quedé paralizada cuando escuché tu galopar,
cuando vi a lo lejos la furia con la que te desplazas.
Se me había olvidado lo que era estar viva
comenzaba a extrañar tu olor a madrugada.
de sangre,
de sueños que alteran
En medio de todas esas noches en las que no puedo dormir,
en medio de la comezón que ataca mis piernas
entre todos esos kilos que la báscula
señala que he subido...
Allí,
a la mitad del tequila bandera, del whiskey con agua mineral
de las funciones y los estrenos
de los marichis y los norteños,
en la pista de baile, en las sábanas rayadas
en las rimas,
en los videos,
Justo en ese momento de caminata nocturna, de ansiedad pueril
en el momento de tomar café, de compartir el desayuno,
de gritar y de reír a carcajadas.
Ahí vi una finca, una choza y una cabaña.
Recordé las veces que con anterioridad habías llegado,
percibí tu olor a vida, a cedro, a frío añejo,
reconocí tus dedos,
tus orejas y sus lóbulos,
Noté el cambio en tu voz
pero identifiqué tus palabras.
Y sí, mi estómago se contrajo,
quedé paralizada cuando escuché tu galopar,
cuando vi a lo lejos la furia con la que te desplazas.
Se me había olvidado lo que era estar viva
comenzaba a extrañar tu olor a madrugada.
Magdala López Oriunda de Portland (de Por Tlanepantla, Edo. Mex) radica desde hace 4 años en la parte sur de la Ciudad de México. Estudió la carrera de Literatura Dramática y Teatro en la tres veces heroica Facultad de Filosofía.
Le divierte actuar y producir teatro, los montajes Sense Records o Non Sequitur (Foro Sor Juana Inés de la Cruz, UNAM, 2010- Teatro La Capilla, 2011) y Protection (Foro Sor Juana Inés de la Cruz, UNAM 2009, Teatro Julio Jiménez Rueda, CONACULTA-INBA, 2010, Foro del Centro Cultural de la Diversidad, 2011) son dos ejemplos tangibles de esas dos facetas. Como buena cachorra, reconoce a los maestros que han iluminado su camino: José Luis Ibáñez, Mónica Raya, Fidel Monroy, Carmen Mastache, Richard Viqueira, Muriel Ricard y Carmen Leñero. La rige el signo de Leo y diariamente revisa la cuenta de twitter de la astróloga Julia Palacios para emocionarse o deprimirse según las recomendaciones. A los 3 años su papá le dio el lema que define su comportamiento social: “Ama a todos”.
Twitter: @mariadelaluna