Mara Pastor |
Fragmento de El libro de Legna
me soltó madre
entre fragmentos de oraciones a la virgen,
escapulario
roto, almuerzo quemado en la estufa,
me soltó madre
y me trepé a un árbol,
me desgarré de
ella,
ella me trozó
de sí y se quedó con la herida en el vientre,
madre me
hablaba rumores sobre el árbol que yo no entendía,
la vi asomada
al vientre del árbol susurrándole secretos ancestrales,
quise oír pero
el árbol me abrazó con letras como semillas dulces,
con letras que
abrazaban a madre,
tronco
calcinado de amor que en átomos escapa,
y de su boca
huían lenguas como flores del árbol que yo amaba,
árbol me lamía
las heridas de lo que madre dejó caer,
árbol me lamía
las heridas pero yo me caía del árbol
y le decía,
madre agárrame,
y madre le
rezaba a la virgen para que mandase a un ángel por mí,
y yo me
agarraba al árbol,
foresta
monstruosa y ahuecada como una casa de muñecas que a la vez era telescopio,
madre mandó a
las bailarinas de cerámica para que me rescataran,
pero las
bailarinas rotas se quedaron para siempre en mi vientre de leña,
madre, le
dije, quién es ese ángel que pestañea dentro y que puedo ver por el telescopio,
y madre evitó
el tema y comenzó a caer del árbol
y bajó mi
vientre de leña a salvarla,
pero madre aún
gemía con ruidos mudos que me espantaban
y entonces
bajé yo a sostener la letra de madre en su garganta que desgarraba ramas
y entonces me
abrazó el vientre de leña y fuimos cicatriz compartida,
hija sin madre,
madre sin estufa
ángel que
nunca aparece amanece en la tierra
sólo recuerda
pensar en los lagos con flores de loto
cuando volaba
a salvar un vientre de embrión dormido
plácido
siestar de las montañas internas
hay ángeles en
nombres de mujeres de fuego
hay un ángel
que saborea el semen de la filosofía
ese ángel
escupe palabras con placer
porque sabe
del tiempo su sueño de átomo
para el ángel
nadie es madre ni hija
el ve sólo luz
porque no tiene fotones en los ojos
-porque no
tiene ojos- lo sensible en el ángel
es su
intención de vacío
sólo ve ese
cuerpo celeste a la inversa
enamorado de
todo lo que cae
legna nace
obsesionada con lo inútil
todo era ser
hija de la madre
la vigilia
acompasada del evento
escribía como
si un ángel le dictara experiencia
no acontecida
en óvulos vistos en microscopios
hay mujeres en
el fuego de los ángeles
mujer pegada
al suelo donde habita el futuro
mujer que ve
flotar una flor de loto
y un lago par
acampar en países lejanos,
ángel que
amaneces, no desaparezcas.
Mara Pastor (Puerto Rico, 1980) Poeta, traductora, editora y yogui. Es autora de los poemarios Alabalacera (Terranova, 2006), El origen de los párpados (Edición de autor, México-Puerto Rico, 2008), Candada por error (edición de autor, México; Atarraya Cartonera, Puerto Rico, 2009) y Poemas para fomentar el turismo (San Juan-México, La secta de los perros, 2011). Es miembro del consejo editorial del Proyecto Literal (Ciudad de México). Actualmente reside en Ciudad de México.http://www.marapastor.com/