lunes, 26 de septiembre de 2011

Héctor el Ek


Héctor el Ek


Cuando las mujeres dejen de preguntarse ¿por qué los malos, están tan
buenos?, el mundo encontrará paz

Asesinos somos
y a morir venimos
esperen que traigo la muerte
en mis labios alborea
el árbol el manatí y el cordero
mueren por nuestras manos
gula de nuestro tiempo
armas que no entienden
la grandeza que nos sostiene
pobres cobardes siniestros
insípidos traficantes
hasta de sus pedos
ñangos de pensamiento
se esconden tras la R-15
tras el estado de derecho
nosotros no compañeros
humildes y sinceros
pacientes tigres al acecho
tendidos sobre el viento
con la voluntad del sol
yo soy concreto en esto
la verdad es la libertad
el respeto a la diferencia
la forma de obtenerlo
esperen que traigo la muerte
entre los labios un lucero
yo no juego con esto
tampoco hago manifiestos
vamos la gente espera
la palabra como cetro
artillería espontánea
fusionistas megafonéros
palabracaidistas dobles
tiernas balas tiradores
al alma certeras
dejen que nos griten
¡asesinos! ¡asesinos!

Del futuro con rabia
De este mundo que da pena
tormentas nos vienen guangas
a estas alturas
ya cada quien tuvo
el infierno en su casa
no mientras cantamos
hasta el fondo
más a lo alto
donde morados moramos
¡armar el alma!
dejar que todo esto arda
hermanos del verbo
hijos de la resurrección
y del sudor de la hoja blanca
¡apunten!
¡disparen!
…la palabra…