Lucia Izquierdo |
El
disfraz del asesino
Cuando quien me acompañe sea tu sombra
portando el antifaz de la ternura,
el instante en que la sangre
que corre a través de las venas
se deslice en el pavimento
y el mundo permanezca impávido,
entonces la noche advendrá oscura
igual que mi maleta
cargada
con coloridos sueños muertos
Sueños que portan con orgullo el verde
Con
respeto el blanco
y,
sin razón aparente, rojo, mucho rojo.
Rojo por la sangre derramada
que habrá de iluminar los espectaculares
los noticieros
y las calles.
Rojo por la rabia
que nos invade en silencio
ante una línea de fuego en la puerta de
tu hogar.
Rojo es mi país
Por las venas abiertas de la clase
trabajadora
que agoniza desangrada,
ante la mirada indiferente de tu sombra
que se disfraza con el antifaz de la
ternura,
y pretendes ponerte sus zapatos
cual si te calzaran,
casi te creo que te importa.